sábado, 7 de enero de 2012

regalos manga del

Este año los reyes magos de mi querido, lejano y ocupado Oriente me han dejado muchísimos regalos en los zapatos y también muchísimos regalos por adelantado. Me han regalado: volver a casa por Navidad como el turrón; celebraciones, achuchones y risas familiares; cañas, cenas y copas con amig@s; teatro, cine, y duchas larguísimas de agua caliente. Comenzar el año en casa contándole a mi amigo Sabino como se debía comer las 12 uvas (Víctor, también me ha hecho mucha ilusión comerme las uvas contigo aunque ya conocieses el protocolo), y me han regalado ir con mis sobrinas a la cabalgata con el estomago lleno de roscón y chocolate. Y todavía me falta por recibir a mi nuevo sobrino/a que está a punto de nacer (Lucía, por favor, haz un esfuercito y ponte a coger macetas o cualquier otra cosa que aceleré el proceso).
No sé si este año he sido muy buena pero, por lo menos, seguro que a los reyes magos se lo ha parecido.
Las dos niñas más guapas de la cabalgata y la inconsciente de su tía que debería llevar a sus sobrinas con gafas de seguridad hasta que alguien le explique que a los pajes reales que deberían lanzar los caramelos con menos fuerza.