lunes, 9 de abril de 2012

di prasa prasa

El sábado invitamos a unos amigos a cenar ostras en el patio de casa (así escrito suena un poco pijo, pero las ostras aquí son muy baratas comparadas con el precio de Europa). Hemos visto cocinar ostras al carbón un montón de veces, no podía ser muy difícil. Solo teníamos que comprar las ostras, encender el  fugaderu (una cocinita de carbón) y ponerlas encima….JA! ¿Cuantos fugaderus hemos encendido en nuestra vida? Ninguno! Afortunadamente nuestra amiga Muna, que por supuesto sí que sabe encenderlos, corto la leña, puso cera de vela y un poco de cartón (con una arquitectura, no de cualquier manera), y luego puso el carbón que hizo brasas rapidísimo. Tiene su ciencia. Lo más divertido fue cuando Kiko intento repetir la jugada con el segundo fugaderu, con bastante éxito (para sorpresa de todos) pero sin tanta destreza como Muna. Yo, a riesgo de liarla, preferí no intentarlo y quedarme en un segundo plano haciendo hambre, sacando fotos.

No sé cortar leña, ni encender un fuego, ni trepar a un árbol, ni pescar, ni cazar, ni cocinar, ah! pero sé hacer tablas dinámicas en el Excel….superútil si un día vivo lejos de una ciudad.

Kiko: corriendo detrás de las brasas, Muna: todo bajo control y Sidi: vigilando, por si acaso.
Tania, Edu, Sonia, Sidi, Kiko y Muna.